Este sábado en el Reino Unido se celebró el Bonfire Night, y en Edimburgo es una de tantas fechas donde hay fuegos artificiales. Desafortunadamente Fernanda quedó con alergia a petardos y fuegos artificiales desde la visita a las fallas en Valencia. La pequeña langosta tenia menos de dos años en ese viaje, y la dosis de petardos que tuvo le cayó peor que sobredosis de aceite de ricino. Ahora cuando hay fuegos artificiales se tapa los oídos y realmente se asusta la pobre. Ya me puedo imaginar en su biografía: “Muchos años después, en el psicoanalista, Fernanda Arredondo había de recordar aquella tarde remota en que su padre la llevó a conocer los petardos...”
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